Si hace 12 años me dicen que Garbage va a tocar a diez minutos andando de mi casa, me hubiera vuelto loco, gastado mis ahorros en las entradas y puede que hasta acampara la noche antes para estar el primero de la fila y que la mismísima Shirley Manson vertiera su tristeza sobre mi.Claro, que hace diez años vivía en Dos Hermanas, no en Manchester, y Garbage... Garbage eran otra cosa.
Hubiera sido un sueño hecho realidad, todo lo que mi yo adolescente hubiera deseado para morir feliz. Pero a medida que me he ido haciendo mayor, he descubierto que los sueños por los que merece la pena sufrir están hechos de otra pasta. También es cierto que mis gustos musicales han ido cambiando a medida que he ido creciendo. Con 16 años, mi ansiedad de fan adolescente me hubiera llevado a inundar las redes sociales con mensajes desesperados anhelando el nuevo disco de Garbage (totalmente ucrónico, ya que además de ni existir Facebook, mi ordenador iba a pedales e Internet estaba en pañales). Ahora, más bien cerca de los 30, me enteré de la existencia de Not your kind of people por casualidad, y tan poco me han movido por dentro las nuevas canciones que ni me he molestado en comprarme una entrada para ir al concierto.
Dicho esto, mientras buscaba los vídeos en Youtube para escribir esta entrada (mis videos de Garbage están una cinta VHS grabada del programa de los 40 principales de Canal Plus) me ha entrado una cosica, no sé si arrepentimiento, nostalgia o el vértigo de haber mirado atrás y haber comprobado que mi vida ha cambiado y hay parte de ella que no voy a poder recuperar jamás.
... bueno, pero el cambio siempre es a mejor, ¿no?
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